Conductores celebrando la aprobación de la histórica ordenanza de Seattle que les permite formar un sindicato.

El Juez Federal dictaminó que la Cámara de Comercio no estaba legitimada para demandar

Los conductores de taxi, Uber y Lyft de Seattle se anotaron una importante victoria esta semana cuando un juez federal desestimó una demanda que impugnaba la ordenanza de Seattle que otorga a los conductores derechos de negociación colectiva.

El juez dictaminó que la Cámara de Comercio no podía impedir la aplicación de la ordenanza aprobada por unanimidad por el Ayuntamiento.

Los conductores de taxis y aplicaciones han superado un importante obstáculo para tener voz sobre sus salarios y condiciones de trabajo.

Los conductores que trabajaron durante años para que se aprobara la ley de Seattle celebraron la decisión.

En su página de Facebook, Takele Gobena, conductor y miembro de la Asociación de Conductores de App-Based, escribió: "Desde el principio, hemos tenido a la justicia de nuestro lado. ¡Los trabajadores ganan!

Los conductores de Uber, Lyft y taxis de Seattle lucharon incansablemente por esta ordenanza tras ver cómo disminuía su salario y sentirse ignorados por sus respectivas empresas de transporte.

Estos conductores están clasificados como contratistas independientes y carecen de capacidad para negociar colectivamente las condiciones de su trabajo. La ley fue pionera porque convirtió a estos conductores en los primeros del país con capacidad para formar un sindicato que abordara sus problemas.

A partir de ahora, los conductores podrán negociar cuestiones como el salario y la política de desactivación. Como los conductores decidirán sus prioridades en la negociación, podrán mantener su flexibilidad y otros aspectos que no quieren que cambien.

La ciudad aún está ultimando las normas que regirán el proceso de negociación colectiva. Una de las cuestiones que la ciudad está decidiendo es quién votará para elegir un sindicato de conductores y cómo será el proceso de votación.

Durante años, los conductores han operado sin voz. Han visto cómo sus ingresos disminuían drásticamente. Conseguir voz nunca ha sido fácil, pero hoy los conductores están un paso más cerca de ganar un salario digno.