Uber lleva casi dos años intentando impedir que sus conductores tengan voz.

Han bloqueado repetidamente en los tribunales el derecho de sus conductores a sindicarse, han publicado anuncios antisindicales en el Seattle Times y durante un partido de los Seahawks televisado a nivel nacional. Incluso tienen su propio podcast para silenciar a los conductores. 

En lugar de elevar los estándares para los conductores, que han denunciado repetidamente la falta de transparencia de la empresa, sus malas condiciones laborales y sus bajos salarios, Uber ha centrado sus esfuerzos en asegurarse de que los conductores tengan el menor control posible sobre sus propios medios de vida.

El intento más reciente de Uber de silenciar a sus conductores consiste en una carta a la ciudad de Seattle en la que impugna la solicitud de Teamsters 117 para convertirse en representante cualificado de los conductores con arreglo a la nueva ley de negociación colectiva de la ciudad. 

La carta, enviada por uno de los sustitutos de Uber, Drive Forward, hace un montón de afirmaciones extravagantes sobre los Teamsters. Afirma falsamente que, con la representación de los Teamsters, los conductores no podrían participar en el control democrático de su propio sindicato.

Los Teamsters tienen un historial demostrado de alcanzar acuerdos consensuados con los trabajadores. Los miembros del sindicato participan directamente en las negociaciones contractuales. Eligen a sus propios representantes sindicales y tienen la oportunidad de votar sobre las propuestas de contrato.

Sin sindicato, los conductores no tienen voz ni voto. Uber mantiene el control absoluto.

La carta Drive Forward de Uber también argumenta que los Teamsters deben ser descalificados para representar a los conductores de alquiler porque ya representan a los taxistas.

Esto ignora el hecho de que los sindicatos suelen representar a trabajadores de la misma industria. De hecho, algunos de los contratos más sólidos del sindicato Local 117 se encuentran en el sector de la alimentación, donde representan a trabajadores de varias empresas que compiten directamente entre sí. Cuando más trabajadores de una industria están representados por un sindicato, se elevan los estándares de la industria, mejorando los salarios y las condiciones laborales de todos los trabajadores de esa industria.

La carta a la Ciudad, junto con la reciente batalla judicial de Uber para debilitar la nueva ley, es sólo otro ejemplo cínico del esfuerzo continuo de la empresa para impedir que los conductores tengan el mismo derecho a un sindicato del que disfrutan millones de otros trabajadores en todo el país.

Esto no es ninguna sorpresa: Uber intentó desesperadamente detener la ley que otorgó a los conductores el derecho a sindicarse en primer lugar.

En lugar de elevar los estándares, Uber está utilizando su enorme patrimonio neto de 69.000 millones de dólares para silenciar a sus conductores. Pero los trabajadores organizados ya se han enfrentado antes a grandes empresas y han ganado. Vamos a seguir trabajando junto a los conductores para garantizar que sus derechos estén protegidos y que sus voces sean escuchadas.